Patogénesis
Hasta la fecha se han descrito centenar de mutaciones distintas en BRCA1 y BRCA2. Las mutaciones que primero se identificaron fueron inserción, deleción intrónica o mutaciones de tipo terminal (mutación “non sense”). Estas mutaciones generan una proteína BRCA1 acortada y no funcional. Ambos genes presentan numerosos polimorfismos, variaciones en la secuencia con cierta frecuencia en la población general y no asociados a patología.
Ciertas poblaciones presentan unas pocas mutaciones con una frecuencia inusualmente alta. Se trata de mutaciones “fundadoras”. Aparecen en individuos de una población pequeña y tras generaciones sucesivas con un cierto grado de endogamia, aumenta su presencia en la población, pasando a ser una alteración altamente recurrente o, incluso, característica. El mejor ejemplo es de los judíos asquenazi, que poseen tres mutaciones características. El 2% de la población es portador de una de ellas.
Se trata de una enfermedad autosómica dominante. Individuos que heredan un solo alelo defectuoso BRCA1 o BRCA2 de su madre o de su padre, tienen un segundo alelo que es funcional. Ahora bien, si este segundo alelo es afectado se puede desarrollar una célula cancerígena a través de la acumulación de mutaciones adicionales al DNA de la célula.
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